Teología de bolsillo
Breve diccionario de la religión cristiana
Holbach
Colección Los ilustrados, 11
168 páginas
Traducción de Iago Gómez Bellas
Epílogo de Marc Curran
El nombre de Holbach no aparecía en Teología de bolsillo, como no lo hizo en ninguno de los libros publicados en vida, perseguidos con saña por las autoridades francesas y europeas. La obra se atribuía falsamente al "abate Bernier", una de las primeras ironías del libro más sarcástico de Holbach, en el que probablemente colaboró Diderot, su amigo fiel y compañero habitual. A imitación de los diccionarios de moda en la época, el autor del Sistema de la naturaleza y El cristianismo al descubierto, uno de los filósofos más influyentes de la Ilustración, realiza una mordaz crítica de la religión cristiana.
"La Editorial Laetoli está llenando un gran hueco en la historia del mundo hispano al publicar muchas obras de la Ilustración, en particular su franja radical, la encabezada por los redactores de la Enciclopedia, como Diderot, Holbach, Helvétius, La Mettrie, Meslier y otros autores de miles de textos prohibidos o aun incinerados por los custodios del antiguo régimen, que muy pronto sería víctima de la invención del doctor Guillotin. Ese potente movimiento de nuevas ideas, que ahora atraviesa los Pirineos con casi tres siglos de retardo, fue 'el que más contribuyó a conformar los valores sociales y culturales básicos de la era post-cristiana', como escribe uno de los máximos expertos en ese movimiento (Jonathan Israel, Una revolución de la mente, [Laetoli]). Él mismo agrega que ese tipo de pensamiento 'también se ha convertido en la principal esperanza e inspiración de numerosos humanistas, igualitarios y defensores de los derechos humanos asediados y hostigados' en una época en que resurgen el fanatismo, la opresión y el prejuicio" (Mario Bunge, Perfil, artículo completo aquí).
"De todas las obras de Holbach, entre las que destacan Sistema de la naturaleza y El cristianismo al descubierto, puede que esta Teología de bolsillo (editada ahora por Laetoli) sea la más ácida y descacharrante por tono, humor y mala idea. [...] Un ataque mordaz y a la yugular de la Iglesia católica de la época que no dejará indiferente a nadie" (Filosofía Hoy).
"Magnífico libro" (Ignacio G. Barbero, Culturamas).
"La editorial Laetoli inauguró hace unos meses una rica y ambiciosa colección de clásicos ilustrados. Por diferentes razones, muchos de ellos han sido ignorados —cuando no deliberadamente silenciados—, y ahora llegan plenos de salud y vigor en un momento en el que sus escritos tienen mucho que decir. [...] Un libro con un diseño de portada absolutamente elegante y espectacular (con ilustración de Carlos Patiño), común a todos los títulos de esta inexcusable colección, que hará las delicias de cualquier lector que quiera pensar nuestro presente de la mano de una de las mentes más brillantes de la Ilustración, aún poco conocida en el contexto de habla hispana: y es que —como asegura Holbach en "Etocracia"— 'la tiranía sobre el pensamiento es la violación más cruel, repugnante e inútil de la libertad del hombre'" (Carlos Javier González Serrano, blog El vuelo de la lechuza).
Paul Heinrich Dietrich (o Paul-Henri Thiry, en su versión francesa), barón de Holbach, nació en 1723 en Edesheim, Palatinado, territorio alemán fronterizo con Francia. Tras la muerte de su madre, su tío Franz, quien a finales del XVII había emigrado a París consiguiendo amasar una gran fortuna y el título de barón, se encargó de su educación. Holbach estudió en la Universidad de Leiden, el centro europeo más avanzado en el estudio de las ciencias de la naturaleza y un foco de pensamiento ilustrado y laico en una Holanda relativamente tolerante. En 1749 volvió a París y se instaló en una gran mansión de la calle Saint-Roch.
Holbach colaboró en la Encyclopédie de Diderot, a la que apoyó económicamente en momentos difíciles, con casi 400 artículos—en particular sobre física y química—, y convirtió sus comidas y tertulias en el salón de Madame d’Holbach en un gran centro intelectual frecuentado por Diderot, Voltaire, D’Alembert, Rousseau, Buffon, Helvétius y muchos extranjeros de paso por París (David Hume, Benjamin Franklin, Laurence Sterne, etc.). Holbach se convirtió en el gran promotor y difusor de las ideas ateas en la Europa ilustrada.
De todos sus libros, el más importante es Sistema de la naturaleza, una de las obras fundamentales del movimiento ilustrado y la cultura europea, editada en esta colección, que en el momento de su publicación provocó una conmoción igualada por pocas obras filosóficas. Holbach falleció en París en 1789, en vísperas de la Revolución. Otros libros del barón de Holbach publicados en esta colección son El cristianismo al descubierto, Cartas a Eugenia, Etocracia e Historia crítica de Jesucristo. Otros están en preparación.
"¡Divino Holbach! La pasión atea de este filósofo es considerable. Pulveriza los melindres deístas de Rousseau, las comedias anticlericales de Voltaire, defensor de la religión para el pueblo, y las dudas de Diderot sobre Dios" (Michel Onfray, Los ultras de las Luces).
"Holbach, el primer filósofo sistémico de la historia" (Mario Bunge).
"La obra de los autores radicales que se reunían en el salón de Holbach ha perdido muy poco de su frescura, su capacidad de sacudir y su poder para inspirar reflexiones constructivas acerca de nuestro propio panorama cultural, científico y político. Estamos todavía ligados a muchas de las cuestiones sobre las que escribieron Diderot, Holbach y sus amigos, y aún no hemos aprendido su lección de que cualquier debate filosófico y moral debe comenzar por los hechos científicos" (Philipp Blom, Gente peligrosa).
"Se quedan un momento en silencio. Al otro lado de los vidrios de la ventana, el cielo enrojece sobre los tejados.
—¿Qué está leyendo usted?
—Este primer volumen del libro que compré ayer [Sistema de la naturaleza]... El de Holbach, ya sabe.
—¿El prohibido?
—Prohibidísimo. Incluso en la ilustrada Francia. Fíjese que se dice impreso en Londres, por si acaso.
—¿Y lo encuentra interesante?
—Lo encuentro extraordinario, Debería ser de lectura obligatoria, sobre todo para los jóvenes en edad de recibir una educación... Aunque usted lo desaprobará en buena parte, cuando lo lea.
—Ya se lo diré, llegado el caso. ¿Lo ve traducible al español?
—Ni hablar. Eso es imposible, en este triste siglo nuestro. Los cuervos negros del Santo Oficio se lanzarían sobre quien se atreviera —en este punto, el almirante abre otra vez el Système de la nature—. Escuche esto: 'Si necesitáis quimeras, dejad que vuestros semejantes tengan las suyas propias. No los degolléis cuando no quieran delirar como vosotros...' ¿Qué le parece?
—Que más de uno se sentiría aludido, me temo.
—Teme usted bien.
El almirante deja el libro en la mesilla y mira languidecer la luz en la ventana".
(Arturo Pérez-Reverte, Hombres buenos).