Del hombre


26,00 € (IVA incluído)

ISBN : ISBN 9788494971747

Del hombre

De sus facultades intelectuales y de su educación

 

Claude-Adrien Helvétius


Editado en colaboración con el Museo de la Ilustración (MuVIM) de la Diputación de Valencia.

 

Colección Los ilustrados, 22
600 páginas
Traducción de Jesús Andérez
Epílogo de Gerhardt Stenger

 

Tras el escándalo mayúsculo de la publicación de Del espíritu en París en 1758, prohibido, quemado, incluido en el Índice (y publicado en esta colección), Helvétius calló hasta su muerte. Decidió que su libro siguiente, Del hombre, fuese publicado sólo cuando ya no estuviera en este mundo. Así podría escribir con toda libertad, sin morderse la lengua, sin mirar hacia izquierda y derecha, sin escribir entre líneas. «La Inquisición es aquí más severa que en España —escribía en una carta—. Este libro sólo puede aparecer después de mi muerte». Del hombre se publicó en Holanda, en La Haya, en 1772. Obtuvo un gran éxito, aunque no tanto como Del espíritu, fue condenado por las autoridades francesas y perseguido por la policía. Stendhal escribió en su
Journal littéraire: «Helvétius me ha abierto las puertas del hombre de par en par».

 

Claude-Adrien Helvétius (cuyo apellido original era Schweitzer, que significa «suizo» en alemán y que él latinizó en «Helvétius») nació en París en 1715 en una familia de médicos originaria del Palatinado, como la de Holbach. Un antepasado suyo marchó a vivir a París. A los 23 años, Helvétius consiguió el puesto de fermier général, un cargo de recaudador de impuestos que le
permitió ganar una fortuna y que dejó para dedicarse a escribir sus libros y colaborar con los philosophes. Sus obras principales son Del espíritu, cuya publicación provocó en su época un escándalo monumental, y Del hombre, que se editó tras su muerte. Helvétius murió en París en 1771. El salón de su casa, dirigido por su mujer Anne-Catherine, en activo durante más de cinco decenios, fue uno de los centros intelectuales de la época. Esta edición no se basa en la edición original, ni en las posteriores incluidas en las Obras completas dirigidas porsu secretario La Roche, quien se permitió demasiadas libertades, sino a partir de un manuscrito, actualmente en una colección privada, que debía ser el que tuviera en cuenta el impresor holandés. Para engañar más aún a las autoridades francesas, cuya persecución temía incluso después de su muerte en forma de represalias a sus hijas, Helvétius se dirige a sí mismo en tercera persona y afirma que es un amigo suyo quien ha escrito el libro. Este fue editado en La Haya en 1772 gracias a la ayuda del embajador de Rusia. Del hombre es la primera vez que se traduce al castellano.

 

El autor del epílogo, Gerhardt Stenger (Linz, Austria, 1956) enseña literatura e historia de las ideas de los siglos XVII y XVIII en la Universidad de Nantes. Dirige las Obras completas de Helvétius en la editorial Honoré Champion, cuyo tomo II está dedicado a De l’homme (París 2001). Es autor de Diderot. Le combattant de la liberté (Perrin, 2013) y de numerosas ediciones y artículos especialmente sobre Diderot, Voltaire y Helvétius.

 

«Su segunda gran obra [Del hombre] parece un reajuste de la primera [Del espíritu]. No se trata de repeticiones, sino de precisiones, desarrollos y ataques frontales contra los enemigos de siempre: la Iglesia, el clero, el papa, los jansenistas, los jesuitas, los filósofos escolásticos, los santurrones, la censura, los sacerdotes, los teólogos, los déspotas, los monjes... El filósofo sabe que cuando sea leído, su cuerpo reposará en una tumba; por eso, sabiéndose libre, disfruta de esa libertad» (Michel Onfray).


«Del hombre fue una bomba radical que socavaba cualquier principio existente en las leyes, el gobierno y la moralidad [...]. Incluso entre los mismos philosophes radicales, algunos quedaron atónitos ante su franqueza contra las estructuras existentes y la autoridad, considerando su legado póstumo demasiado subversivo y divisorio, un libro escrito para forzar a los hombres a tomar partido» (Jonathan Israel).

 

«La obra de los autores radicales que se reunían en el salón de Holbach ha perdido muy poco de su frescura, su capacidad de sacudir y su poder para inspirar reflexiones constructivas acerca de nuestro propio panorama cultural, científico y político. Estamos todavía ligados a muchas de las cuestiones sobre las que escribieron Diderot, Holbach y sus amigos, y aún no hemos aprendido su lección de que cualquier debate filosófico y moral debe comenzar por los hechos científicos» (Philipp Blom).

Publicidad

«La editorial Laetoli está llenando un gran hueco en la historia del mundo hispano al publicar muchas obras de la Ilustración, en particular su franja radical»

Mario Bunge

Publicidad