Sistema de la naturaleza

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Sistema de la naturaleza

Holbach

Colección Los ilustrados, 1

688 páginas

Traducción y epílogo de José Manuel Bermudo y otros.

 

"La Editorial Laetoli está llenando un gran hueco en la historia del mundo hispano al publicar muchas obras de la Ilustración, en particular su franja radical, la encabezada por los redactores de la Enciclopedia, como Diderot, Holbach, Helvétius, La Mettrie, Meslier y otros autores de miles de textos prohibidos o aun incinerados por los custodios del antiguo régimen, que muy pronto sería víctima de la invención del doctor Guillotin.  Ese potente movimiento de nuevas ideas, que ahora atraviesa los Pirineos con casi tres siglos de retardo, fue 'el que más contribuyó a conformar los valores sociales y culturales básicos de la era post-cristiana', como escribe uno de los máximos expertos en ese movimiento (Jonathan Israel, Una revolución de la mente, [Laetoli]). Él mismo agrega que ese tipo de pensamiento 'también se ha convertido en la principal esperanza e inspiración de numerosos humanistas, igualitarios y defensores de los derechos humanos asediados y hostigados' en una época en que resurgen el fanatismo, la opresión y el prejuicio" (Mario Bunge, Perfil, artículo completo aquí).

 

"¡Divino Holbach! La pasión atea de este filósofo es considerable. Pulveriza los melindres deístas de Rousseau, las comedias anticlericales de Voltaire, defensor de la religión para el pueblo, y las dudas de Diderot sobre Dios" (Michel Onfray)

 

"Voltaire predicaba tolerancia y la libertad de religión. Hizo un recuento de las mentiras que precedieron a los crímenes [de la Iglesia católica], pero no quiso (por prudencia) escribir una historia completa. Tampoco lo hicieron otros grandes ateos de su tiempo, aunque algo se esbozó en la Enciclopedia que dirigió Diderot, y en libros de los grandes ilustrados franceses, que van llegando a España de la mano de la editorial Laetoli, como todo Holbach y la imponente Memoria contra la religión de Jean Meslier" (Juan G. Bedoya, El País).

 

En noviembre de 1769 estaba ya impreso el Sistema de la naturaleza. A principios de 1770 se vendía en París por dos luises, un pequeño tesoro. La avidez por conseguir el libro fue sólo superada por el celo policial para impedirlo y localizar a los responsables. Se llegó a ofrecer una recompensa a quien denunciase al autor. El clero la condenó en 1770. El mismo año, el Parlamento de París la prohibió y ordenó su quema pública. Los escasos ejemplares requisados —todos guardaban celosa y arriesgadamente un libro tan atractivo como caro— fascinaban incluso a los magistrados, que se quedaban con ellos. Fue condenado por la Iglesia y pasó a formar parte del Índice de libros prohibidos. Pero las ediciones se sucedieron una detrás de otra.

 

Paul Heinrich Dietrich (o Paul-Henri Thiry, en su versión francesa), barón de Holbach, nació en 1723 en Edesheim, Palatinado, región de habla alemana fronteriza con Francia. Tras la muerte de su madre, su tío Franciscus, quien a finales del XVII había emigrado a París, consiguiendo amasar una gran fortuna y el título de barón, se encargó de su educación. Holbach estudió en la Universidad de Leiden, el centro europeo más avanzado en el estudio de las ciencias de la naturaleza y un foco de pensamiento ilustrado y laico en una Holanda relativamente tolerante. En 1749 volvió a París y se instaló en su gran mansión de la calle Saint-Roch. Holbach colaboró con casi 400 artículos a la Enciclopédie de Diderot, en particular sobre física y química, a la que apoyó económicamente en momentos difíciles, y convirtió sus comidas y tertulias en el salón de Madame d’Holbach ("la sinagoga") en un gran centro intelectual frecuentado por Diderot, Voltaire, D’Alembert, Rousseau, Buffon y algunos extranjeros de paso por París (David Hume, Benjamin Franklin, Laurence Sterne, etc.). Holbach se convirtió en el gran promotor y difusor de las ideas ateas en la Europa ilustrada.

 

De todos sus libros, el más importante es Sistema de la naturaleza, una de las obras fundamentales del movimiento ilustrado y la cultura europea, que en el momento de su publicación provocó una conmoción como pocas obras filosóficas lo han hecho. Holbach murió en París en 1789, en vísperas de la revolución.

 

"Un radicalismo ilustrado muy agudo. Radicalismo filosófico general (materialismo y determinismo en sentido fuerte) y radicalismo antirreligioso no menos fuerte" (Vidal Peña, Revista de Libros)

 

"El más sentido homenaje a la razón escrito por ser humano alguno en la Historia [...]. Todo el conjunto de sus reflexiones es una enorme crítica al hecho religioso y al oscurantismo» (Leer)

 

"La editorial Laetoli cuenta en su catálogo con una enjundiosa y fundamental colección de 'Los Ilustrados'. Por diferentes razones, muchos de los autores de este movimiento han sido ignorados —cuando no deliberadamente silenciados—, y ahora llegan plenos de salud y vigor en un momento en el que sus escritos tienen mucho que decir. El carácter inédito en español de la mayor parte de los títulos que recoge tal colección adquiere una mayor importancia, si cabe, gracias a un diseño de portada muy acertado y más que atractivo, que no sólo facilitará la inmersión en una tradición de pensamiento característicamente subterránea, sino que permitirá a los lectores formar una colección de una vistosidad sin parangón en el universo editorial de los libros de filosofía. [...] 'Los Ilustrados' es una colección arrolladora, necesaria, cáustica e irreverente, culturalmente fundamental, que ayuda a afrontar, con las armas intelectuales de autores sin pelos en la lengua (Helvétius, Condorcet, Maréchal, Spinoza, o los ya mencionados Meslier, Holbach o Diderot), los problemas contemporáneos con una actitud decidida y, ante todo, comprometida con la verdad" (Carlos Javier González Serrano, Zenda).

 

"Se quedan un momento en silencio. Al otro lado de los vidrios de la ventana, el cielo enrojece sobre los tejados.
—¿Qué está leyendo usted?
—Este primer volumen del libro que compré ayer [Sistema de la naturaleza]... El de Holbach, ya sabe.
—¿El prohibido?
—Prohibidísimo. Incluso en la ilustrada Francia. Fíjese que se dice impreso en Londres, por si acaso.
—¿Y lo encuentra interesante? 
—Lo encuentro extraordinario, Debería ser de lectura obligatoria, sobre todo para los jóvenes en edad de recibir una educación... Aunque usted lo desaprobará en buena parte, cuando lo lea.
—Ya se lo diré, llegado el caso. ¿Lo ve traducible al español?
—Ni hablar. Eso es imposible, en este triste siglo nuestro. Los cuervos negros del Santo Oficio se lanzarían sobre quien se atreviera —en este punto, el almirante abre otra vez el Système de la nature—. Escuche esto: 'Si necesitáis quimeras, dejad que vuestros semejantes tengan las suyas propias. No los degolléis cuando no quieran delirar como vosotros...' ¿Qué le parece?
—Que más de uno se sentiría aludido, me temo.
—Teme usted bien.
El almirante deja el libro en la mesilla y mira languidecer la luz en la ventana".
(Arturo Pérez-Reverte, Hombres buenos).

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«La editorial Laetoli está llenando un gran hueco en la historia del mundo hispano al publicar muchas obras de la Ilustración, en particular su franja radical»

Mario Bunge

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